Un nuevo punto de encuentro para los amantes de la comida y los bolos se encuentra en el centro de Oslo, en Torggata, una breve calle en el corazón de la ciudad noruega reservada solo para peatones y ciclistas, conocida por sus numerosos locales y restaurantes atractivos para la joven vida nocturna.

Y uno de ellos es Duckpin, un restaurante que promueve la diversión con salas dedicadas exclusivamente a los bolos como deporte, pero en una versión diferente, es decir, el duckpin bowling, donde se presentan pistas más cortas, bolas más pequeñas, bolos más anchos, junto con la ausencia de las clásicas zapatillas con cordones con suela resbaladiza. Todo ello se entrelaza con una atmósfera industrial estadounidense recreada dentro del espacio de juego, entre mesas de madera y sofás mullidos. Esta combinación inusual ha otorgado al restaurante la primacía en Europa y ha dado un significado a un nuevo nivel de entretenimiento y la posibilidad de consumir alimentos en el mismo lugar.

Duckpin es una oportunidad de socializar, nacida como respuesta a la pandemia, que nos ha encerrado en casa durante mucho tiempo sin poder salir, y ofrece una gran variedad de delicias, con un menú en constante evolución, una fusión de combinaciones culinarias y parrillas chisporroteantes.

También se ha dedicado mucha atención y esfuerzo al diseño de los espacios y a la iluminación: las fachadas exteriores del edificio, de aspecto clásico, destacan con la luz de los perfiles lineales Neva 7.0 y Neva 7.2, con óptica de 18° y enganches con soportes de 140 mm ajustables con escala graduada, perfectamente adecuados para la iluminación arquitectónica gracias a su diseño minimalista, a las ópticas empotradas para un alto confort visual y, por último, pero no menos importante, a la aplicación en soportes. Neva se declina en versiones que se diferencian principalmente por el color de las fuentes LED que llevan: en este proyecto, SML Lighting ha propuesto la versión en RGBW para ofrecer a los propietarios la posibilidad de crear diferentes escenarios luminosos y reavivar las paredes externas del local que se asoman a la calle más frecuentada por los ciudadanos noruegos, a través de juegos y acentos de luz de colores.