El imponente edificio de estricto estilo racionalista de principios del siglo XX se encuentra frente al litoral de Apulia con elementos estilísticos del periodo fascista —de hecho, se construyó entre 1932 y 1934— empleando materias primas locales como la piedra blanca de Trani para la torre central y la toba amarilla para las alas laterales.

Durante el día, la piedra clara de Trani refleja la luz natural del sol, pero es por la tarde que el edificio se convierte en el verdadero protagonista, de nuevo gracias a la luz, esta vez de colores, que desde la cornisa superior baja a lo largo de la fachada hasta la acera a nivel de la calle. El efecto se obtiene gracias a la instalación sobre soportes Neva 7.1, perfiles lineares de luz RGBW.

Los aparatos se escogieron con emisión estrecha de 18° que subraya los tres elementos arquitectónicos salientes de la torre central, acentuando la percepción de verticalidad del edificio.

Las fotos se tomaron cuando el edificio estaba iluminado con tres grandes bandas de colores para replicar la bandera italiana, pero gracias a un panel de control es posible configurar distintos escenarios luminosos para dar carácter a esta arquitectura con efectos escenográficos siempre nuevos.