Donde hay luz, hay casa. Iluminar la zona de noche, el baño y los pasillos

La iluminación del baño responde a varias necesidades: cuando estamos frente al espejo es importante ver bien, cuando usamos la ducha o la bañera la luz nos ayuda a crear una atmósfera de relax. Para complicar las cosas se añaden las dimensiones del espacio: a menudo los baños son espacios reducidos y ricos en elementos funcionales y de decoración.

Procedamos en orden y razonemos pensando en tres niveles diferentes y complementarios:

💡 la iluminación general;

💦 la zona de lavabo y espejo;

🛁 la zona de relax, con ducha o bañera. Para los más afortunados, con jacuzzi :)

💡 Para llegar a todos los rincones del baño con una luz de ambiente, generalmente recurrimos a aparatos de techo con ópticas amplias o difusas.

💦 A esta iluminación general añadimos la dedicada al lavabo y al espejo, donde la prioridad es ver bien. Como regla general, el cuerpo de iluminación se coloca sobre el espejo, para iluminar ya sea el espejo que a la persona que está frente a él. También en este caso la emisión es difusa o amplia: evitando la creación de sombras marcadas en el rostro, la visibilidad se vuelve óptima y permite que Amaya se maquille perfectamente. Según la norma¹, el nivel de iluminación medio indicado para esta zona es de 300 lux, frente a los 100 lux suficientes para la luz ambiental.

Una alternativa a la iluminación de pared es recurrir a los downlights de techo colocados en el lavabo, preferiblemente con ópticas orientables para dirigir con precisión la emisión de luz.

🛁 Por último, la ducha.

Instalar aparatos en el interior o cerca de la zona de la ducha da la posibilidad de crear atmósferas íntimas y relajantes. Basta con reducir la intensidad de las otras lámparas de ambiente como ha elegido hacer Amaya, o incluso apagarlas. En los dos ambientes siguientes, la cabina de ducha se convierte en un ambiente en sí mismo dentro del baño, gracias a un perfil de luz difusa que corre a lo largo del borde del vidrio o a una composición de empotrados también con luz difusa.

Una nota de color: con un empotrado de luz RGB podemos recrear un efecto cromoterapéutico y así disfrutar de un pequeño momento de spa directamente en casa.

En este sentido, la ubicación del aparato de iluminación dentro del baño determina el grado de protección y la tensión de la alimentación requerida. La normativa CEI 64-8/7 identifica tres zonas diferentes:

🔸 La zona 1 considera la ducha o la bañera, el espacio más crítico para el riesgo de electrocución por contacto directo o indirecto. Aquí se requiere un grado IPX4 que caracteriza a los aparatos protegidos contra las salpicaduras de agua y con clase de aislamiento III.

🔸 Hasta 60 cm del borde de la ducha o del baño (zona 2), sigue siendo necesario el grado IPX4, con clase de aislamiento I, si el aparato está protegido por un interruptor diferencial de 30 mA, o bien II o III.

🔸 Al alejarnos de las zonas más críticas, 1 y 2, encontramos la zona 3, donde podemos tener el lavabo y el espejo, por ejemplo. Esto requiere un grado IPX1 y permite cualquier clase de aislamiento, I, II o III.

Presentamos a continuación una aplicación original, donde se han instalado empotrados orientados hacia el techo de vigas en un juego de alternancia de luz y sombra, llenos y vacíos. El color blanco de la madera en este caso ayuda a dar luz al ambiente.

Como bien pensó Samuel, las lámparas de lectura de pared ofrecen una iluminación dedicada, que se combina con la luz general. Un plus de estos aparatos es la doble flexibilidad: la del haz de luz, que se puede regular mediante el zoom óptico manual, y la del pie, que dirige la emisión luminosa exactamente sobre las páginas del libro.

Alternativamente, la luz puede provenir de un aplique de emisión hacia abajo o que venga del techo, donde un pequeño proyector dirige el haz de luz hacia la mesita de noche y el lado de la cama. Cualquiera que sea la elección, la normativa¹ recomienda una iluminación media de 300 lux para la lectura.

En el dormitorio a veces encontramos una equina tipo sala de estar, un espacio que merece una luz propia. El papel que dedicamos a este “ambiente en el ambiente” nos hará preferir un tipo de iluminación respecto a otro. La diferencia en la elección de la luz se percibe inmediatamente en las dos fotografías mostradas a continuación: en el primer caso, un pequeño empotrado con una óptica de 14° ilumina el sofá, la atmósfera es íntima. En el segundo caso, en cambio, un perfil lineal con óptica difusa da fuerza al sofá, de un color vivo, creando un área funcional.

Los pasillos y corredores son zonas funcionales en una vivienda, conectan la zona de día con la zona de noche, de un piso a otro.

Para iluminar estas zonas de paso podemos recurrir a una luz directa desde el techo, una iluminación de pared con apliques o de orientación con luces guía. El objetivo es permitir ver cualquier obstáculo sin deslumbrar, por supuesto.

🔸 Los downlights de techo con óptica amplia o difusa permiten iluminar uniformemente los corredores o pasillos. No hay rincones oscuros, todo es claramente visible.

🔸  Al elegir la iluminación de pared, podemos aprovechar la luz indirecta, preferiblemente difusa, como en la primera foto, o la dirigida hacia abajo para resaltar elementos, como las entradas a otras habitaciones o un baúl antiguo.

🔸 Si en el pasillo deseamos una guía discreta, adecuada para acompañarnos por la noche tarde y útil para ir a tomar un sorbo de agua en plena noche, podemos recurrir a las luces guía en el suelo o en la pared.

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Entre las zonas de paso de una vivienda también se incluyen las escaleras: hace algún tiempo nos deleitamos con la iluminación de estas de 15 maneras diferentes, ¡leelo aquí!

Hemos hecho breves incursiones en las vidas de Santiago, Elisa, Simón, María, Amaya, Samuel y Cecilia para observar su cotidianidad en casa y recorrer de este modo las múltiples funciones y formas de la luz en el ámbito residencial.

Bibliografía

1. UNI/TS 11826:2021 Luz e iluminación - Iluminación de interiores residenciales domésticos con luz artificial.