Entre un laberinto mágico de torres, escaleras monumentales, salas de eventos y salones privados que juegan con diferentes estilos, el eclíptico castillo Rocchetta Mattei es un lugar de encanto capaz de evocar misteriosas sugestiones. Ubicada en el norte de los Apeninos, entre las regiones Toscana y Emilia-Romaña, esta fortaleza debe su nombre al conde Cesare Mattei. Fue él quien ordenó su construcción en el siglo XIX sobre las ruinas de la antigua fortaleza que se remontaba al siglo XIII, la Rocca di Savignano.

Esta joya arquitectónica encarna perfectamente el carácter excéntrico del conde Mattei. Lo demuestra su multifacética sinfonía de espacios abiertos y cerrados, que representa una alternativa a la realidad común, una vía de escape de la ciudad industrial de finales del siglo XIX. Diseñada con un estilo principalmente neomedieval, en ella se fusiona una gran variedad de corrientes artísticas e influencias, de la morisca a la florentina, pasando por la neorromántica, la árabe y la eslava.

El proyecto luminotécnico, liderado por la arquitecta y diseñadora de iluminación Beatrice Ferrieri, ha nacido con el propósito de convertir la luz en un elemento guía, de orientación y  emoción dentro del complejo monumental, que alberga un diálogo insólito entre sus volúmenes.

Los elementos árabes e islámicos de la capilla, así como los arcos inspirados en la Mezquita de Córdoba, dialogan con los de la tradición arquitectónica medieval italiana. Instalados en soportes perforados a la altura de las columnas, los proyectores compactos Spot 1.0 con luz 3000 K y óptica de 40° ponen el foco en la riqueza de los detalles, resaltando los efectos teatrales cargados con múltiples significados. Es este el rasgo estilístico distintivo de Rocchetta Mattei.