En L&L nos preguntamos si todavía es posible hablar de Certificación ISO 9001 en 2022. La respuesta es sí, y ahora queremos explicaros por qué.
La certificación ISO 9001 puede parecer una marca fría que interesa a los profesionales, a quien se ocupa de procedimientos, licitaciones, a quien habla en idioma burocrático y se expresa por siglas, y, seamos sinceros, ya no es una novedad. Pero queremos usar 500 palabras para contaros por qué para nosotros vale tanto y por qué, hace un año, nos dijimos: “vamos a arremangarnos para conseguirla”.
Cada empresa tiene su propia historia, la nuestra este año cumple 15 años, no se puede decir que somos nuevos en el mercado, pero tampoco que estemos anticuados. Para nosotros el momento de conseguir la certificación ISO 9001 es ahora y no hace cinco años, por así decirlo. ¿Por qué?
Para lucir la marca ISO 9001, que certifica el sistema de gestión de la calidad de la empresa, es necesario tener una estructura y una organización tales que cada proceso que tiene lugar dentro de la empresa, para cada departamento (compras, producción, etc.), esté correctamente definido, trazado y registrado. Se necesitan herramientas, medios y, sobre todo, personas, centradas y preparadas para gestionar formal y adecuadamente este sistema de mejora continua.
La inclinación hacia la calidad forma parte de nosotros desde 2007, año de la fundación de L&L. Hoy, sin embargo, todo esto se convierte en un requisito. Todo esto se formaliza y controla en las diferentes fases, incluso las más pequeñas, que van desde la elección de las materias primas y de los proveedores hasta la entrega, a tiempo, de nuestros aparatos de iluminación al cliente.
Por lo tanto, cuando les decimos que hoy L&L está certificada ISO 9001 y que no podía estarlo antes, es porque solo hoy, gracias a la estructura que hemos creado, podemos realmente mantener el compromiso que esta certificación implica. Es decir, una estrategia de calidad y mejora continua: planificar, ejecutar, controlar, corregir y comenzar de nuevo. Planificar, ejecutar, controlar y corregir. A todos los niveles de la empresa y en todas las fases de la organización.
Y todo este ciclo “plan-do-check-act” nos sirve para seguir buscando la máxima satisfacción del cliente, en todas las múltiples declinaciones en las que esto puede materializarse: la calidad de nuestros aparatos, el uso de las mejores tecnologías disponibles, la búsqueda y selección de nuestros proveedores, la velocidad de entrega. Estas son las puntas del iceberg que se ven desde el exterior. Debajo de esto, están las personas, organizadas en equipos y estimuladas a la colaboración, comprometidas a buscar siempre nuevas oportunidades para mejorar la organización de la empresa.
Con esta nueva estructura, nuestra empresa, a pesar de crecer en estructura y personal, podrá seguir siendo innovadora y flexible para adaptarse y rediseñarse de acuerdo con las necesidades del mercado y responder a las solicitudes de los clientes de manera efectiva y eficiente.
De momento, al igual que hacemos con cada agradecimiento grande o pequeño, disfrutamos del hecho de haber alcanzado esta cima. Con la vista puesta en la siguiente.